Los Rangi viven en el distrito de Kondoa en Tanzania, entre Dodoma y Arusha, hoy en día se estima una población de 463,000 habitantes.
La leyenda cuenta que los Rangi viajaron al sur a través de Etiopía y Kenia. Como buscadores adivinos del agua, encontrarían una fuente de agua, cavarían un hoyo, colocarían una calabaza y se irían. La siguiente estación seca volvieron a ella y si estaba llena de agua, se instalarían allí. Un día, algunos jóvenes fueron a cazar y los demás los dejaron atrás, por lo que se quedaron allí y se convirtieron en la tribu Mbugwe relacionada. Los otros continuaron hacia el sur y se establecieron como los Rangi en un lugar donde el «agua no salió», o Haubi. Este se considera su lugar de origen. Los Rangi en Kondoa se convirtieron al Islam a principios de 1900, pero los del valle de Haubi resistieron. En 1937 decidieron hacerse católicos. El 7% de los Rangi se consideran católicos.
Los Rangi son una sociedad matriarcal y viven en comunidad, la cual les brinda sentido de pertenencia. Son agricultores que cultivan mayormente maíz, semillas de girasol, mijo y otros vegetales. Sin embargo, sus ingresos como vendedores en el mercado no son suficientes debido que varían según la temporada de lluvias. Su riqueza está ligada a la cosecha de su grano y a su ganado. Los Rangi también son conocidos por las ollas de barro que fabrican.
Las creencias religiosas tradicionales tanto al Islam y del catolicismo se han incorporado a las tradiciones animistas de los Rangi. Creen en un mundo sobrenatural que impacta sobre todas las actividades y sacrificios, la brujería es común. En las tierras altas de Haubi hay un bosque sagrado donde tradicionalmente se realizaban las ceremonias de iniciación; los Rangi son muy respetuosos de ciertos lugares que consideran sagrados y los evitan o protegen. Desde 2000, el número de creyentes evangélicos está creciendo. En un momento la iglesia fue incendiada, pero fue reconstruida, junto con una clínica médica y dormitorios escolares.