Pertenecen al grupo humano de los fulani y, casi con toda seguridad, son la etnia más conocida de Chad debido al especial significado que para ellos encarna el concepto de belleza.
Son conocidos como la “gente de los tabú”, cuyas vidas se rigen bajo un código de valores llamado “pulaake” basado en el espíritu de modestia, discreción, paciencia y fortaleza. Aquellas personas que les conocen, aseguran que los woodabe son un pueblo nómada que ama sentirse libre en la inmensidad de la naturaleza practicando el pastoreo.
Su mitología cuenta que el primer ganado de la historia emergió de las aguas de un oasis y por ello, para conmemorar este cuento de la creación, una vez al año celebran un ritual llamado “lotori”. En el silencio de la noche, las familias acuden junto a sus rebaños de vacas y bueyes hasta las aguas de una charca en la que permanecen horas bañando a sus animales. Una ceremonia animada por bailes tradicionales, que sirve a la par como ejercicio de purificación y saneamiento de su ganado.

Sin embargo no es este el ritual cuyas imágenes han generado un impacto internacional. Los woodabe se consideran a sí mismos el pueblo más bello del mundo y como tal, practican una festividad llamada Gerewol destinada a ensalzar su belleza humana.
Cada septiembre, en los alrededores de Dourbali, el clan de los soudousoukai y el de los japto se encuentran para llevar a cabo un impresionante concurso de belleza. Desde primera hora de la mañana, los hombres se pintan sus rostros con colores rojos y ocres y sus ojos y labios con tintas negras. Una tradición que desemboca en un reto interminable de bailes hipnóticos y sonrisas inquietantes, que permitirá a las mujeres determinar quién es el hombre más bello de cada clan.
Un espectáculo visual pensado para que los hombres y mujeres de esta etnia nómada puedan encontrar pareja en la inmensidad del desierto.