Hace tiempo que tenía ganas de regresar a Nigeria. Posiblemente es el país con peor fama de Africa, pero es también un destino repleto de sorpresas y buena gente.
Cruzar el enigmático río Niger, parar en el bosque sagrado de los Yoruba de Oshogbo, conocer interesantes etnias como los Kamberi o los Dukawa o ver faenar a los pescadores de Argungu, con su famoso festival de pesca en la zona del río Sokoto, son algunas de las experiencias que hemos vivido esta semana.
Nigeria, localizado en el Golfo de Guinea, es un país que tiene cerca de 900 km de costa con el Océano Atlántico. Limita con Níger al norte, con Chad en el nordeste, con Camerún en el este y con Benín en el oeste.
Nigeria es el gigante económico de África y uno de los principales productores de crudo del continente con la mayoría de sus yacimientos en el delta del rio Níger.
Geográficamente hay una gran diferencia entre el árido norte saheliano, claramente marcado por la cultura del islam y sus potentes emiratos, con un sur de grandes reinos tradicionales en las húmedas regiones costeras y abundante vegetación.
Para el viajero experimentado en el continente africano, Nigeria es un destino especialmente interesante. Nuestro periplo empezó en Lagos, una ciudad con más de 20 millones de habitantes, repleta de contrastes. Podríamos definir Lagos como un reflejo de todo el país, donde convive el multitudinario barrio lacustre de Makoko con las lujosas áreas de Victoria Island.
Independiente desde 1960, Nigeria es el país más poblado de África y el hogar de más de 200 grupos étnicos. Los más numerosos del país son los Yoruba en la parte central del país e Igbo en el sur, y los Hausa y Fulani en el norte. Y es aquí donde, en este viaje, descubrimos nuevos rincones, etnias y curiosas tradiciones.

Como, por ejemplo, las aisladas etnias Kamberi y Dukawa. Viven en un territorio totalmente islamizado y dominado por las etnias Hausa y Fulani en el norte del país, y no deja de ser un caso digno de estudio.
En este viaje pudimos conocer más en profundidad a los Kamberi, una etnias minoritaria que protege de una forma asombrosa su tradición y costumbres pese a la presión del entorno y de los tiempos modernos.
Pasar por la etnia Kamberi fue una visita muy especial, ya que fue un descubrimiento que hice junto con Shuaib Ola en nuestro primer viaje a Nigeria, hace ya más de 10 años.
Los Kamberi se distribuyen en una gran área del Sahel nigeriano y conviven en armonía con sus vecinos Dukawa y Dakakari. Sin embargo, no están solos, dado que, a lo largo de la historia, otros pueblos -como los poderosos Hausa y Fulani– han ido instalándose en esta zona rica en agua para la práctica de la agricultura, la pesca y la ganadería.
Los Kamberi mantienen su propia idiosincrasia, viven en pequeños poblados independientes y tienen sus propios líderes. La arquitectura vernácula de sus aldeas es singular y de las mejor conservadas en África occidental.

Son principalmente animistas y creen en los espíritus y en el culto a los ancestros practicando sacrificios de animales en pequeños altares ubicados en los interiores de sus casas.
Pese al esfuerzo de las autoridades locales en toda la región de poner fin a la práctica de los tatuajes y las escarificaciones, los Kamberi se aferran a esta tradición y siguen decorando sus cuerpos con unos elaborados y sofisticados tatuajes. Asimismo, las mujeres Kamberi decoran sus cabellos con pequeñas piezas de metal y sus ropas con cuentas de colores. La perforación en el labio superior todavía se realiza en las más jóvenes.
Orgullosos de mostrar su cultura, el pueblo Kamberi es acogedor y hospitalario, y nos ha permitido vivir una experiencia enriquecedora sin igual.
Nos quedan unos días por delante para seguir recorriendo el país pero, después de estos fascinantes días conociendo más en profundidad a los Kamberi, nos damos cuenta de la increíble ruta que hemos hecho hasta el momento: Lagos, Ilorin, Sokoto, País Kamberi, Calabar y el delta del río Níger nos han sorprendido gratamente.
Gracias a mis amigos y grandes profesionales, Osmar y Shuaib, por todo el trabajo hecho en este viaje. Nigeria es un destino lleno de sorpresas y, después de este inolvidable viaje, estamos seguros de haber recabado suficiente información para diseñar nuevas rutas en este destino que no dejará indiferente.


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