La etnia de Larim o Longarim de Sudán del Sur, son conocidos más comúnmente como los Boya. Lingüísticamente están relacionados con los Tenet, Didinga y Murle. El territorio Boya está ubicado entre las montañas Didinga, el Kidepo Valley y las montañas Lopit. Su territorio lo encontramos en la pista que va desde Torit a Kapoeta; su población principal se llama Kimatong. Rift Valley Expeditions organiza viajes a Sudán del Sur para convivir, entre otros, con esta etnia.
En los alrededores de Kimatong encontramos las Boya Hills, un territorio de sabana, salpicado de grandes colinas de roca que sirven de parapetos a las aldeas Boya. Estos grandes bloques rocosos le dan un aspecto muy atractivo al territorio, y los jóvenes Boya utilizan estos bloques como atalayas desde donde controlan parte de su territorio. También las mujeres jóvenes Boya utilizan estas rocas para moler en grano juntándose en pequeños grupos y cantando canciones al ritmo que muelen los granos de sorgo.

Los Boya son principalmente ganaderos aunque también cultivan sorgo y maíz. El ganado tiene mucha importancia en los Boya y su vida gira en torno a él; comen su carne, beben su sangre y leche, duermen en sus pieles y se utiliza como dote en las ceremonias de emparejamiento entre el hombre y la mujer.
La organización social de los Boya tiene muchos puntos en común con los Didinga sobre todo en los que hace referencia a las bodas y gestión de la dote del hombre hacia la familia de la mujer, también en nacimientos y funerales.
Como en la mayoría de las etnias de la región, los Boya son animistas y creen en los espíritus de sus antepasados con los que se comunican en ceremonias en las que se hacen llamadas con ofrendas.

Los Boya se han ganado la fama de ser una etnia valiente y con mucho coraje, cosa que hace que las etnias vecinas les teman. Continuamente hay conflictos por robos de ganado en el que los Boya están involucrados ya que para ellos tiene un significado de honor y valor. Gran parte de sus creencias giran en torno al ganado, y éste sirve también como moneda de intercambio, con lo cual significa riqueza. Desde bien jóvenes las mujeres Boya se hacen escarificaciones por todo el torso. Las consideran atractivas estéticamente pero también son una señal de fortaleza y resistencia.
Texto: TONI ESPADAS

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