Baraka, el rinoceronte negro

Acabamos de regresar de Kenia. Hemos ido varias veces y conocemos muy bien el destino, pero en esta ocasión quisimos visitar distintos orfanatos y centros de recuperación de animales que no conocíamos.

Es decir, además de los safaris por la Reserva Nacional de Samburu y Massai Mara (maravillosos, espectaculares y con la suerte de haber podido encontrar a los Big Five) hemos conocido de primera mano aquellos centros que recogen a los animales abandonados: que si a un elefante epiléptico; que sí otro con problemas de movilidad; que si uno a quien le atacó una hiena y le arrancó media trompa; que si un elefante a quien le mataron a su madre; que si un leopardo con tres patas; que si… etcétera).

jirafa milking reteti
reteti elephants orphanage

Ol-Pejeta es un maravilloso Parque Natural que se ubica al pie del Monte Kenia de 5.200m de altura, el más alto del país y el segundo de todo el continente africano, sólo por detrás del Kilimanjaro. Es una reserva poco visitada por el turismo convencional y que, además de tener una maravillosa fauna animal, también alberga la mayor reserva independiente de rinocerontes y chimpancés del país, siendo considerado incluso como un auténtico santuario.

Qué sorpresa tuvimos cuando conocimos a Baraka, un rinoceronte negro que sufre ceguera y que está totalmente domesticado. Baraka perdió un ojo en una pelea contra otro rinoceronte negro (es un animal muy territorial que suele pelearse constantemente) y el otro ojo debido a una infección ocular. Si no estuviera en un centro de recuperación, Baraka ya estaría muerto.

baraka durmiendo olpejeta

Baraka supo ganarse la confianza de toda la gente del grupo. Cariñoso, encantador y me atrevo a decir “agradecido” sobre todo si le dabas de comer. Baraka recuerda más a un perro fiel que a un temible rinoceronte negro. Cuando le vimos, dijimos: “¡Apartaros! estas bestias son muy feroces y no sabemos qué hace aquí”. Y resulta que nos habíamos equivocado de lleno. Baraka no ve; pero sí huele y siente. Y cuando “notó” nuestra presencia se dirigió rápido hacia nosotros, revoloteando la pequeña cola. Lo tocamos, lo alimentamos con hierbas salvajes, le rascamos detrás de las orejas (¡le encanta!) y le hablamos diciéndole cosas bonitas.

¿Qué tacto tiene? Pues tiene la piel muy dura (2cm de grosor) que recuerda al barro seco, pero en lugares como detrás de la oreja o alrededor de la boca, la piel es muy fina y caliente. Nos robó el corazón y sólo podemos deciros que tenemos ganas de volver al pie del Monte Kenia para visitar a Baraka, nuestro amigo el rinoceronte negro.

olpejeta Kenia

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