Se trata de una bahía ubicada en la Isla de los Tigres, la más grande de Angola, que recibe dicho nombre por los colores resultantes de la sucesión de dunas que componen su paisaje.
Atraídos por la riqueza de sus mares, pescadores portugueses fundaron un poblado pesquero en 1860 que se mantuvo vigente hasta la década de los 70. Hoy permanece abandonado, aportando un toque de misterio salvaje a esta isla tomada por las fuerzas de la naturaleza.
Para aquellos exploradores y amantes de la fotografía que buscan visitar un paisaje propio de una película post apocalíptica, Bahía de los Tigres es el lugar adecuado. Un viaje a un tiempo pasado en el que la mano del hombre dejó una huella que poco a poco la naturaleza borrará para siempre.
Un poblado muerto, por el que aún vagan las almas de aquellos pescadores que buscaron enriquecerse con los tesoros del mar y que hoy nos invitan a pasar la noche bajo las estrellas de la Isla de los Tigres.
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