Tengo la suerte, como seguramente, muchos de los que ahora mismo leéis estas líneas (o quizás lo estéis a punto de hacer), de haber podido viajar por este hermoso continente que es África. En mi caso, un tiempo después de haber vivido mis primeras incursiones, decidí instalarme en algún país africano. Me sedujo la idea de formar parte de esta sociedad y elegí Mozambique; Durante un año y medio, llamé a Mozambique, mi casa.
Durante mi tiempo en Mozambique, dirigí un lodge de lujo en la bahía natural de Pemba, en el extremo norte del país, despertando cada mañana frente a un mar turquesa, con el sonido de los monos de cara negra jugando y saltando entre las ramas de los árboles junto a la ventana de mi habitación.
La historia personal de uno, se va conformando de recuerdos y experiencias vividas en nuestro camino. Me gustaría compartir contigo algunos de los míos, con sabor 100% mozambiqueño:
Al necesitar un barco cada día para cruzar la bahía y abastecer el Lodge, aprender que las mareas pueden subir y bajar cientos de metros, y que si no eres previsor, acabas con tu barco varado en la bonita arena de la playa; pisar descalza un erizo de mar y comprobar que el vinagre alivia el terrible dolor de sus púas; acostumbrarte a saludar a la gente con un Bom dia y despedirte con un Bom trabalho o Estamos juntos!; desafiarte a ir aumentando las dosis de piri-piri que pones en la comida (viva el frango piri-piri!), hasta desarrollar una resistencia al picante casi inhumana; comprar delicioso pescado y marisco, directamente a los pescadores en la playa, que te lo limpien y si lo necesitas, te lo cocinen por unos cuantos meticais extras; hacer una excursión en dhow, saltar al agua para refrescarte y descubrir un mundo de peces de colores en el fondo coralino, bajo tus pies; posicionarte firmemente en cuál es tu cerveza local favorita: Laurentina? O 2M?; Y por la noche, bajo la luz de las estrellas y la brisa marina, al son de la marrabenta, saber que, al día siguiente, seguirás despertándote en el paraíso.
Algunos de mis rincones favoritos en Mozambique de norte a sur: Niassa NR (y ver el atardecer desde uno de sus inselbergs), Ilha do Ibo (y sus orfebres trabajando filigranas a partir de monedas coloniales), Ilha de Mozambique (y perderse en sus calles, cámara en mano), y Tofo (con su ambiente evocador).

Una historia de superación
Una mención especial merece la historia del renacimiento del Parque Nacional Gorongosa ubicado en el punto más al sur del Gran Valle del Rift.
Los últimos números del recuento aéreo de vida salvaje que se realizó en 2018, muestran que las poblaciones de grandes mamíferos del parque, devastadas durante el conflicto bélico (acabado en 1992), continúan recuperándose. Esto ha sido posible gracias a la Carr Foundation que introdujo recursos económicos para hacerlo posible además de beneficios tangibles para las personas de la zona, en cuanto a salud, educación, agronomía y desarrollo económico, así como a la protección de su paisaje, sus aguas y su diversidad biológica. El progreso ha sido constante y medible como la alfabetización entre las mujeres locales y las chicas jóvenes.

National Geographic ha seleccionado este parque como una de las maravillas naturales imprescindibles a visitar en 2019 y nosotros no podemos estar más de acuerdo.
Si te parece interesante, echa un vistazo a nuestra nueva ruta en la que te llevamos, empezando por el PN Kruger en Sudáfrica a descubrir la mitad sur de Mozambique, y finalizando con safari en el PN Gorongosa
Libros recomendados si vas a viajar a Mozambique: Terra Sonâmbula y O Último Voo do Flamingo – Mia Couto, At the Mercy of the River: An Exploration of the Last African Wilderness – Peter Stark.
TEXTO: LAURA ESTEBAN
FOTOS: SAWA Y JORDI BALDRICH
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