Se trata del parque más pequeño de Angola y el hogar del icono nacional del país: el Antílope de Sable Gigante, también conocido como la Palanca Negra gigante.
Este enclave fue declarado parque nacional en el año 1963 para proteger este gran antílope de pelaje negro, antifaz blanco e imponentes cornamentas. Sin embargo, los estragos de la guerra que azotaron el país hasta el año 2002 empujaron a la especie al borde del abismo.
La hambruna, la caza furtiva y el tráfico ilegal de especies convirtieron a este gran herbívoro, de más de 200 kilos y astas de 1´5m de longitud, en una fuente de alimento para las poblaciones locales hasta que fue declarada completamente extinta.
Contra todo pronóstico, en el 2004 el conservacionista y profesor de la Universidad de Ciencias de Angola, Pedro Vaz Pinto descubrió que aún quedaba vivo un reducido grupo de Palancas Gigantes en Canganadala. Hoy el icono nacional de Angola, presente en monedas, autobuses, marcas de refrescos y en general la vida diaria de los angoleños, se recupera lentamente.
De los 300 ejemplares que aún quedan vivos en el país, 100 habitan en el Parque Nacional de Cangandala. La especie está considerada en peligro crítico.
Te puede interesar

Navidad

Semana Santa
