La mano diminuta, sucia, áspera, se funde con otra de mayor tamaño y propiedad de un faranji. Un extranjero en Etiopía, vamos.
Así, agarrados, niño y adulto recorren las instalaciones de un, digamos, centro de alto rendimiento.
Estamos en Debre Birhan, una “fábrica” de futuros campeones atléticos al norte de Addis Abeba, la capital de Etiopía. Asumimos con aparente normalidad una escena que se multiplica en cada visita, en cada contacto con la población local, en cada guiño que nos ofrece un viaje único.
Así es uno de los rasgos del proyecto Runners for Ethiopia. Un fascinante compromiso con el atletismo, la solidaridad y la fisioterapia en todas sus gamas.

Recién aterrizados (de cuerpo presente, porque de alma y mente la cuarentena de participantes sigue en tierras africanas) del que ha sido el cuarto año de esta maravillosa aventura hacemos balance.
Para los organizadores de Runners for Ethiopia (cuya logística, una vez más, ha recaído en los hombros de Rift Valley Expeditions y Endoethiopia) “ha sido, sin duda, el mejor año”.
Y no es fácil. Ensamblar de una tacada el trabajo de fisioterapeutas (y otros especialistas de la medicina deportiva) españoles con atletas abisinios, organizar sesiones de formación para profesionales locales y entregar en mano zapatillas y vestimenta de correr no resulta baladí.
Este año, además, se han superado las expectativas. Se ha conseguido transportar (y donar) alrededor de una tonelada de material (sí, como suena ¡Mil kilos!!!), se ha tratado a 150 atletas (y algunos de mucho lustre como la multicampeona olímpica Meseret Defar) y se ha podido formar a 50 fisios del país en cuatro intensas sesiones en Awassa, gracias a la labor de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid.

El periplo ha sido de órdago. De Madrid a Addis Abeba. De la capital de la antigua Abisinia a Debre Birhan, una de las novedades de este año.
Regreso a Addis y ramificación de los grupos. Por un lado, el denominado grupo de los fisios ha ido para Awassa. Por otro, el grupo de los corredores, puso rumbo a Bekoji, la tierra de los corredores, para continuar en Sodo y combinar entrenamientos, entrega solidaria con un interesante trekking.
Tras el reagrupamiento nuevamente en Awassa, fin de fiesta. Shashemene (hogar de rastafaris), Wendo Genet, Hagere Salam, Yrga Alem y Lago Langano.
Como colofón, la visita de Haile Gbresselassie que no solo es uno de los mejores atletas de todos los tiempos, sino que además es el presidente de la Federación de Atletismo de Etiopía.
Con la retina inundada de grandes vivencias (y alguna que otra lágrima por la despedida), Runners for Ethiopia ya prepara el asalto al 2019. Con novedades pero sin perder un ápice de su misma filosofía.
Cuenta atrás por tanto de nuevas escenas y de otros tantos niños que así, aferrándote de la mano, te indiquen que nunca caminarás solo.
Texto: RAFA MARTÍN
Fotos: TONI ESPADAS
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