Rift Valley organiza su sexto viaje futbolístico a África
Ousman alterna con brío una pelota desmadejada entre pierna y pierna. Concentrado en la bimba juega a que no bese el polvoriento piso. Una, otra y otra. Decenas de toques.
Si no fuera porque la elástica baila (de mucho) en su enjuto cuerpo y los desgastados colores de la misma, con el nombre de Messi en la espalda, lucen tímidamente, la estampa sería la de una prometedora figura de la Premier o la Liga. Quién sabe.
Ousman acelera la coordinación de sus descalzos pies para que siga danzando el balón en el aire, al tiempo que, con el rabillo del ojo, vigila expectante la llegada de los “toubab”. Los blancos.
Para Ousman es un día especial. Un grupo de blancos asustadizos descienden del autobús. Su madre, oronda progenitora de otros siete vástagos varones, había sugerido horas antes que sería (literalmente) “el Barça o el París”. Pero Mamá no se entera mucho. “¿A Banjul el Barça o el PSG de Mbappé?”, comentaba con los amigos sobre la anécdota a carcajada limpia. “No tiene ni idea. Estos `toubab´vienen en viaje solidario”, presumía Ousman transcribiendo lo que había oído en la radio estatal.
Partido solidario entre el A.E. Ramassà y el F.C. Real de Banjul
Al zagal de apenas 12 años no le faltaba razón. Tanta expectación era fruto de un partido de fútbol internacional entre el primer equipo del A.E. Ramassà y el F.C. Real de Banjul, un encuentro celebrando en Banjul entre un equipo amateur de las categorías más modestas del fútbol catalán y la mejor escuadra de Gambia. Casi nada.
Fue durante la pasada Semana Santa de este 2023, como punto culminante de un viaje organizado al alimón entre Rift Valley Expeditions y la asociación de turismo sostenible Aethnic. Como sospechaba Ousman y sus colegas, los blancos estaban a varias yardas de la categoría de Pedri, Modric o Morata, y el portero visitante recogió el esférico en portería propia en siete ocasiones. Ante 5.000 gargantas locales, el Banjul batió al Ramassà por 7 a 0. Muchos goles en el campo, pero que venía de la mano de otros tantos más solidarios.
10.800 euros para canalizar el agua potable y 400 kilos de material humanitario
Y es que el objetivo del viaje era otro. Las cuarenta personas que participaron en el mismo (entre jugadores, directiva y familiares) querían aportar su granito de arena a la Fundació Kalilu Jammeh. Fueron los embajadores de una ayuda de 10.800 euros para llevar agua potable a un lugar que sufre la escasez de este bien material. Además, entregaron 400 kilos de material solidario, entre productos escolares, sanitarios y deportivos.
Visitas turísticas
El tercero de los objetivos no era otro que conocer las entrañas de un país fascinante del África Occidental. Famoso por sus ecosistemas en torno al río Gambia,la ruta incluyó una visita a las etnias Mandigas y Peuls; impactantes bailes con máscaras en Jajanbureh; varios talleres de cocina local y de telas naturales; Wassu, Patrimonio de la Humanidad y paseos en canoa.
Seis partidos, seis países del continente
Para Rift Valley no era nueva la experiencia. Lleva ya desde el año 2014 organizando toda la logística en África para el A.E. Ramassà. Se empezó con Etiopía y se continuó con Benín, Uganda, Camerún, Costa de Marfil y ahora Gambia. Todos con el mismo denominador común: partido de fútbol internacional, acción solidaria y viaje prospectivo por el país.
A todo esto, Ousman sigue erre con erre con sus malabarismos balompédicos a escasos metros del estadio de Banjul. La noche acecha y visto lo visto ya no lo tiene tan claro con sus preferencias deportivas. Ahora quiere ser como esos tal Álvaro o Christian, lucir una camiseta amarilla cuatribarrada y marcar muchos goles. Goles solidarios.

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